Acabo de ver “Argentina, 1985”. La película está muy bien lograda, Ricardo Darín como siempre es un excelente actor y está acompañado por un cast que funciona a la perfección. El guión sigue los hechos de forma lineal, cronológica, sin saltos al pasado, el lenguaje utilizado es, efectivamente, el que se hablaba en esa época, bastante alejado de la actual forma de hablar argentina. Una película que recomiendo a los más jóvenes, para entender mejor la historia y a quiénes la han visto desde lejos. Desde el punto de vista personal, fue un ramalazo de nostalgia, me llevó a ese momento, el único, en que creí que el país donde nací podría salir adelante, cuando tuve fe. Más tarde decidí emigrar. La película hizo aflorar recuerdos del “Proceso de Reorganización Nacional” durante mi infancia y adolescencia, cuando nos coartaban la libertad de pensar en pos del amor patrio, cuando marchábamos como soldados para honorar una extraña idea de educación y la caridad cristiana, se dedicaba a ir del brazo de la dictadura. En 1976, cuando se produjo el golpe de estado, el país era un caos. Por una parte la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina, la derecha del peronismo), por la otra los subversivos (secuestros y asesinatos, la izquierda peronista). El gobierno (democrático) aprobó en 1975 los decretos de “aniquilación” contra el terrorismo, autorizando al ejército a actuar. La economía se derrumbaba. El Golpe de Estado fue visto de forma positiva por la clase media, que subsistía y navegaba a vista en un país con una inflación que superaba el 400%. Una parte importante de la población ignoraba lo que sucedía, la existencia de los campos de concentración y de las tortutas. Corrían voces y la autoprotección era la “lobotomía”, no pensar, no actuar, no hablar. La delación siempre era posible. Un gobierno está ahí para defender a los ciudadanos, no para sospechar, tortutar, matar, en un plan sistemático por someter a un monopensamiento fascista a todo un país. Es probable que los desaparecidos no hayan sido 30.000, cifra simbólica que alguien inventó, pero incluso si hubieran sido 100 o 10 habría sido demasiados. En lugar de un juicio justo escogieron una “vendetta” privada. También está la otra parte de la historia. Los jefes Montoneros (izquierda) también fueron condenados durante el primer gobierno democrático y más tarde indultados por el siguiente gobierno peronista (la historia es muy compleja y esto es solamente una parte).
Viendo este film me he convencido de que mi novela “El reposo de la tierra durante el invierno”, es su prequel, porque explica ese trozo de historia anterior, porque se centra en la clase media que ignora y no prefiere no ver.
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